TORONTO, Canadá.- En una de sus semanas más conflictivas, Justin Bieber dejó California para trasladarse a su ciudad natal y entregarse a la Policía por un cargo de agresión relacionado con una discusión con un conductor de limusina.
Su llegada fue caótica, y estuvo marcada por la presencia de fotógrafos, periodistas, fanáticos y curiosos que colmaron las calles y rodearon la camioneta en la que se trasladaba el músico.
Esta es la segunda vez que el músico tiene que aclarar sus problemas ante las fuerzas policiales, ya que el jueves pasado fue detenido en Miami Beach por conducir bajo la influencia de alcohol, resistirse al arresto y manejar con una licencia expirada después de que la policía viera al joven haciendo carreras.